24 de febrero de 2010

EDUCACIÓN INFANTIL CON LA MÚSICA



"La música es el placer que el alma experimenta contando sin darse cuenta de qué cuenta”. Al leer esta frase de Leibnitz por primera vez vino a mi mente la imagen de un niño de infantil, al lado de una “amiga” que lo acompaña en muchos momentos.

Los dos tienen muchas cosas que compartir, contar... Esta “amiga” contribuye a su desarrollo integral, y hace más feliz, más alegre... su existencia.
La amistad podría definirse como el afecto personal, desinteresado y recíproco, que nace entre las personas y se fortalece con el trato, pero en esta ocasión lo he querido aplicar a la música y el niño de infantil: hay compañerismo cuando cantan los niños de una clase una misma canción o intimidad cuando los pequeños cantan solos, confianza porque le ayuda a expresar todas sus potencialidades, apego, cariño cuando la madre le canta canciones de cuna, simpatía porque se divierte con la música, armonía porque como he dicho anteriormente contribuye a su desarrollo integral...

La música es un elemento fundamental en esta primera etapa del sistema educativo y se trabaja de forma globalizada en infantil. Pero, ¿qué es la globalización? En este caso la definiré como la enseñanza encaminada a la percepción de totalidades. Ésta procura la supresión de demarcaciones entre las diferentes áreas.

En la Educación Infantil los contenidos se agrupan en tres grandes ámbitos de conocimientos y experiencias: Identidad y Autonomía Personal, Medio Físico y Social y Comunicación y Representación. A continuación voy a detallar cómo se trabaja la Expresión Musical de forma globalizada en cada uno de estos ámbitos, siguiendo las indicaciones de la Colección de los Materiales Curriculares para Educación Infantil publicados por la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía.

Con los juegos los niños/as se expresan a través de la voz, el movimiento, los objetos sonoros e instrumentos... La experiencia lúdica es un marco idóneo para que utilicen sus recursos expresivos sonoros en distintos contextos, con distintas intenciones... De esta forma los van seleccionando, ajustando, estructurando y coordinando mejor. Con diversas actividades que les propongamos pueden ir adaptando sus movimientos corporales a los ritmos de diferentes obras, contribuyendo de esta forma a la potenciación del control rítmico corporal.

La audición activa de diferentes y variadas obras con actitud relajada y atenta, va aproximando a los niños a las distintas manifestaciones musicales y sus primeras valoraciones, expresando sus preferencias por escuchar determinadas piezas.

Los infantes al explorar, manipular, van descubriendo las posibilidades sonoras y expresivas de su propio cuerpo, los objetos del entorno (instrumentos de la clase)... Todo ello contribuye a potenciar los procesos de sensibilización, discriminación y memoria auditiva. La reproducción e improvisación de sonidos y ritmos con la voz, los instrumentos son muy motivadoras para los niños de infantil.

Como se ha podido observar, la Expresión Musical se puede trabajar de forma globalizada en los tres ámbitos y no exclusivamente en el de Comunicación y Representación, pero todo lo que he mencionado anteriormente no servirá si no se lleva a la vida diaria del niño. Como decía Jean Dubuffet “en la práctica diaria de la vida corriente hay una enseñanza más rica que la que encontramos en los libros”. Es necesario que impliquemos al niño en su propio proceso de aprendizaje. La experiencia que adquieran con la práctica diaria será el núcleo central de los contenidos, sobre todo en esta etapa educativa.

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